Como
cualquier persona debe trasladarse a distintos lugares para vivir
bien, un chaval de Rota (Cádiz) se tuvo que trasladar a una pequeña
ciudad de Córdoba llamada Peñarroya, dado que su padre era profesor
y además, interino. Allí encontró a muchos chicos y chicas, pero
se hizo amigo de uno en especial, de Juaquín. Un día Rubén,
nuestro protagonista, pilló a su colega fumando junto a otros
chavales.
Cuando
se encontraron en el patio del instituto, tuvieron una conversación
que pasaría a hacer historia, su historia:
-Illo, Juaquín, tú ¿por qué fumah ,pisha? ¿tú no zabeh que ezo eh una
mierda?
-Ave
Rubén, llevo fumando desde los 14, un día unos amigos me ofrecieron
una calá, y por no quedar mal me la tomé.
-Quedar
mal dice... si te aceptan taaceptan y punto. No por fumar va a ceh ma
masho. Ezoh no zon colegah realeh. ¿Tú no zabeh que ezo te acorta
la pisha, que te la queda corta, Juaquín, y no podrá prezumir máh, cohone?, que ezo pa lo purmoneh eh horrible, no corre ni dieh metro, pisha. Te va a quedah vieo y no te va a quereh nadie, cabesón.
-Tu
eres un cachondo, dicen que el tabaco es malo pero no es pa tanto, tacho. Además quedo como el amo si fumo, me he ligado ya a tres tías
gracias a los cigarritos, y a los cigarritos de la alegría también, tacho.
-¿Tú
creeh? Anda prezume de que lo has dejado y no te arrepentiráh de
mayó. Ya te lo he disho, Juaquín, no por fumah va a ceh ma masho.
Ligará iguah, no cea tonto; me caes to bien y no quiero que te pace
na. Por mí y por tu familia, cohone. Disfruta de la vida y tira eza
coza.
-Ave,
es complicado dejarlo.
-Pues
yo lo tiro por ti.
Adelmo Grande