Se
sentía morir, era un dolor tan fuerte, que le oprimía el pecho y le
impedía respirar, sus piernas eran de goma y en cualquier momento
parecía que iba caer al suelo, tenía la vista nublada y se sentía
mareada. Pero no estaba enferma, su cuerpo era el reflejo de su alma
rota y llena de pena, de su corazón lleno de heridas por toda una
vida de sufrimiento y dolor junto a ese hombre.
Virtudes
Gilgado León 4º A.