lunes, 22 de febrero de 2021

Esperanza.



Cuando no podía más, su esperanza de un tiempo mejor, que debía llegar, le daba la fuerza necesaria para impulsarse, y levantarse cada mañana. Esperanza, esta palabra que empezaba como otra, que siempre le tocó tener escrita en su dolor, esperar.

Virtudes Gilgado León. 2° bachillerato.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Canciones sin pudor


Canciones que son capaces de recorrerte todo el cuerpo sin importarle el daño que puedan causar dentro de ti, estrellas que brillan entre tanta oscuridad, entre tanta maldad, envidia queriendo cumplir sueños que se acerquen a tu propio ritual. Miro la luna y me da tanto miedo porque veo que no tienes pudor de lo que estas creando, de lo que pueda llegar a ser, de lo que puede causar.

Lucas Calzado

Miradas inquietas

 Miradas inquietas  a lo oído de la música, risas a los alrededores tan falsas que da asco seguir mirando por la misma ventana cada noche esperando que la suerte llegue junto con un ramo o simplemente bombones.  Regalando sonrisas que nunca vuelven de vuelta, cuchillos que vuelan tan cerca que ya no sientes que están esperando a que te caigas para acabar con tanta delicadeza como egoísmo se hiciera.


Lucas Calzado

lunes, 15 de febrero de 2021

Eternamente.



Soñar para ella, no era imaginar algo, era su mundo particular donde era feliz. Ese mundo de “Nunca Jamás”, era como Campanilla de Peter Pan, volando hacía un mundo de ilusión, donde sería eternamente niña.


Virtudes Gilgado León. 2° bachillerato.

lunes, 8 de febrero de 2021

A través de la mirada.

 



Se había borrado la expresión del rostro, cómo saber si estaba triste, feliz o enfadado, o quizás sorprendido. Todo era muy extraño, personas anónimas, en un mundo desconocido hasta ahora, en un mundo que se comunicaba a través de la mirada, empezamos a leer los sentimientos a través de los ojos. Ese enemigo silencioso, el Covid, nos hizo seres sin identidad.



Virtudes Gilgado León. 2º bachillerato.

El mar.

 


Cuando la pena le inundaba, su ojos se llenaban de lágrimas, que corrían por sus mejillas, como un río corre hacia su destino, el mar. Ese mar donde se hundían todas sus penas, que no se perdían, se mezclaban con las que fueron llegando durante años. Se liberaban de su alma y se depositaban ese fondo arenoso, que se iba cubriendo de malos recuerdos para liberar su corazón.




Virtudes Gilgado León. 2° bachillerato.