viernes, 11 de junio de 2021

El tercer mundo.

Para la niña, existían dos mundos el de la luz y el de la oscuridad, siempre le dio miedo el mundo oscuro, el de la oscuridad. Marta, cuando apagaba la luz cada noche al irse a la cama, su cuarto se sumergía en ese terrible mundo oscuro, donde podía vivir cualquier criatura terrorífica, porque estos seres se pertenecían a la oscuridad, no podían pasar al mundo de la luz. Marta, tenía una llave mágica en su habitación que cerraba la puerta a ese negro mundo. Esa llave era el interruptor de la luz, cuando el pánico la ahogaba, la tocaba y el mundo de la luz entraba de nuevo en su habitación. Pero un día mamá consiguió un objeto mágico, que la protegería para siempre de sus miedos, sin tener que tocar la llave mágica. Mamá puso una lamparita mágica con una diminuta luz azul, que dejaba encendida en su mesita toda la noche, que convertía su habitación en su "tercer mundo", el de los sueños, donde dormiría protegida.

Vrtudes Gilgado León.

Harías lo mismo.

Lola adoraba los niños, desde pequeñita se podía pasar las horas con ellos. Cuando iba con sumadre al parque, Lola apenas tenía ocho años y en vez de disfrutar subiéndose en los columpios o deslizándose por lo toboganes, prefería casi siempre, estar pendiente de los hijos pequeñitos de las amigas de su mami y ayudarlos a subirse en ellos y cuidar de que no les pasara nada, era un sentimiento maternal el que siempre sentía. Su madre cuando la observaba, se maravillaba al contemplar como su hija, cuidaba y regañaba a los niños más pequeñitos. Una tarde Lola, no comprendía porque mamá no la dejaba de deslizarse por el tobogán más alto del parque, ni subirse en las paredes que rodeaban el parque. Lola enfadada decía:

- " Mamá, siempre estas pendiente de si me pasa algo, estas siempre cuidándome, yo de mayor no seré así con mis hijos" 

Mamá sonriendo le dijo: -"¿ Estás segura que tu no harías lo mismo, hija?" . 

La niña afirmó con la cabeza. Mamá dijo: -" Ya lo estás haciendo con tus amigos pequeños en el parque, estás actuando como yo lo hago contigo, en eso consiste ser madre, en cuidar que a tus hijos no les pase nada". 

La niña, se quedó sin palabras y entonces entendió lo que su madre sentía por ella.

Virtudes Gilgado León.

Otra vida más.


Cuando nació Edurne, su abuela, tenía 58 años, para ella significó poder disfrutar de nuevo de la maternidad, que aunque no hubiera dado a luz esa niña, la quería como si hubiera estado en su vientre, era la continuidad de su hija en un ser pequeñito de lindos ojos verdiazules, para el que ahora tenía todo el tiempo del mundo. Conforme Edurne fue creciendo, su abuela le contaba todos estos sentimientos, y recuerda que siendo muy pequeñita, se sentía la nieta más querida del universo, su "abumami" era adorable. Pasaron dicioncho años y Edurne era una adolescente, su abuela ya se había hecho mayor, tenia 76 años, pero conservaba la misma alegria y vitalidad con la que siempre la conocío. Al ver como su abuela iba sumando años, la niña empezó a pensar cuantos años más la vida se la dejaría a su lado, y ese pensamiento la entristecía enormemente. Soñaba con que pudiera conocer a sus bisnietos, y disfrutar de ellos como lo hizo con ella. Edurne, no es que quisiera hacerse mayor por tener más libertad o por vivir su vida, era otra cosa muy diferente, era sentimiento más profundo...... Edurne, quisiera haber nacido dieciocho años antes, los mismos que tenía su corta vida, para tener a su abuela otra vida más junto a ella.

Virtudes Gilgado León

Eternamente.


Muchas veces pensaba, que sumergirse en el mundo de los sueños, sería descansar, todos sus problemas se volverían humo y su alma alcanzaría por fin la paz, sería la forma de apartarse de todo y descansar, su vida no tenía sentido y durmiendo evitaría sufrir cada día un poco más. Quizás con una caja no sería suficiente, pero con dos si lograría esa deseada paz para siempre, no podía fallar, no quería despertar jamás del sueño eterno, mejor morir…… que vivir en la agonía.

Virtudes Gilgado León

Marta era una niña de cuatro añitos

 Marta era una niña cuatro añitos, que no tenía hermanos, pero amaba los animales, por eso ese perrito de ojos nobles y nariz respingona, era como su hermanito pequeño. Cuando su abuela se lo regaló, la madre de Marta, se opuso a tener una animal en casa, odiaba a los animales, porque solo servían para dar trabajo e infecciones, pero gracias a su querida abuela que logró convencerla, la niña alcanzó su sueño, tener un perrito Cuando llego a casa, era tan diminuto que dormía en una cestita del pan, en la que María había puesto un trocito de tela y de manta, era diciembre y hacía mucho frío. Cuando creció, su tamaño siguió siendo pequeñito, así que acompañaba a María a todos lados, en una bolsita colgada en el costado, cuidando de la niña a la que adoraba. El primer verano, junto a Tobi, como llamó a su mascota, se bañaban los dos en la enorme y profunda piscina del jardín de su casa, María como no sabía nadar, se colocaba un flotador para no hundirse. Los padres de María, se tumbaban al sol, mientras escuchan música. Aquella tarde el calor era insoportable, por lo que sus padres, se tuvieron que meter debajo de la sombrilla después de bañarse, y se quedaron dormidos en las tumbonas, pero María y Tobi eran incansables, no se salían de la piscina. Marta noto que el flotador estaba perdiendo todo el aire y la niña se hundió hasta el fondo. Tobi,  salió rápidamente de la piscina y se lanzo ladrando sobre los padres para avisarlos……salvando a la niña. La mamá de María emocionada y arrepentida, con lágrimas en los ojos, abrazo fuerte a Tobi, ese perrito que al que nunca quiso, el mismo que salvó a su hija de la muerte.

Virtudes Gilgado León

Puntadas sin control


Desde que limitaron la velocidad en las carreteras, su madre pensaba que esto conseguiría que su hijo no acelerara tanto su coche, porque cuando abrazaba su volante era como conducir un scalextric de competición. Pero Jorge no bajó su velocidad, decía que mientras no le llegara ninguna multa, y perdiera puntos, no pasaba nada, no había peligro alguno, el controlaba a la perfección su coche, eran muchos años de carnet, qué le iba a pasar, mamá siempre pensaba en lo peor. Jorge cada día tenía que dirigirse al trabajo, que estaba a una hora y como casi siempre se levantaba con el tiempo justo, de ahí venía el problema, no podía llegar tarde a la fábrica, y pisaba el acelerador como si de una antigua máquina de coser se tratara, para ir confeccionando a toda prisa zigzags y cenefas de todas formas, con un hilo invisible, porque el viajar por aquella peligrosa carretera plagada de curvas, era como confeccionar un gigantesco mantel con multitud de formas y colores. Aquella mañana de niebla, la máquina de coser de Jorge, apenas podía dar puntadas, iba a tientas, apenas se veía su enorme mantel, pero Jorge decidió seguir pisando el pedal de su querida máquina, para tejer la última cenefa de su vida fuera del mantel, rompiéndose el hilo al igual que su hermosa vida.

Virtudes Gilgado León

Un mucho más.


Aurora, sabía que era la persona que más la quería en este mundo, quizás por eso no apreciaba lo que tenía, porque siempre estaba ahí, no hacía falta llamarla dos veces ni decirlo muy alto, su oído siempre estaba apuntando en su dirección, con todo el cariño del mundo. Quizás por esto Aurora, no tenía cuidado en lo que decía o hacía, como con el resto de las personas, quizás por esto no le prestaba la suficiente atención, porque ella no se enfadaría nunca, era su madre…..pero su madre cansada cambió, y se fue alejando poco a poco y Aurora reaccionó, acercándose cada día un mucho más.

Virtudes Gilgado León

Lo peor de su ser.


Era una persona encantadora, a la que todos querían, era amigo de sus amigos, era un hijo estupendo y un esposo y padre adorable…….era trabajador y honrado, era en definitiva una excelente persona. Pero había algo que lo cambiaba, que removía lo peor de su ser, que lo hacía otra persona, como si se tratar del Dr.Yekyll y Mr. Hyde, se volvía un monstruo, y no era de forma rápida, era poquito a poco, de sorbito en sorbito, de traguito en traguito, ese maldito alcohol se estaba apoderando de su parte buena y de su vida para siempre, sino lo abandonaba.

Virtudes Gilgado León

Todo estaba bien.


Nadie es necesario es nuestras vida, cuando para tener su amistad debes aguantarlo todo. Marta, había cambiado su personalidad, sus gustos,sus dedicaciones, para Marta todo estaba bien, con tal de no estar sola, debía aceptarlo todo, sin condiciones. Ella iba donde sus amigas decidían, se hacía lo que sus amigas desearan, no podía escoger ningún día que hacer o dónde ir, Así pasó un año, pero un buen día Marta no pudo más y se alejó, porque no hay mayor soledad que sentirse solo en compañía

Virtudes Gilgado León

El tiempo.

Andrea, sentada en su pupitre, siempre recordaba esa película “La máquina del tiempo”, donde el protagonista creó una máquina del tiempo, y sentado en ella viajaba y veía pasar los años de una forma curiosa, mirando un escaparte. En la academia de inglés, Andrea desde la ventana de su clase, notaba más deprisa el paso del tiempo, su ventana era mágica, desde ella durante muchos años había contemplado en el acerado de enfrente, una tienda de ropa, con un inmenso escaparate, lleno de luces y de reflejos de mil colores, donde había muchos maniquíes, que iban cambiando de ropa a cada momento, al igual que en el de su película favorita, donde en segundos los maniquíes cambiaban de indumentaria, de moda por el pasar de los años. La niña imagino siempre, que su clase era una enorme máquina del tiempo, y lo más fascinante es que nadie lo sabía, solo ella.


Virtudes Gilgado León

Su miedo.

 Nadie puede deshacer el pasado, quizás nacemos con un destino………o es nuestra suerte…….o quizás nuestro actos, sean la tinta que escribe la historia de nuestra vida, de nuestro futuro. Pero a pesar de todo, no entendía muchas cosas que habían pasado, esa cadena de hechos tan perfecta como los deslabones de la cadena de su bicicleta, que movía las ruedas de su vida, esto le daba miedo, le daba miedo el no poder decidir su futuro. Al igual que cuando subía en su bicicleta de pequeño, en la que temía perder el equilibrio y caer, la vida era eso…… un continuo equilibrio, una cuerda floja, por la que vamos caminando cada día y cualquier paso en falso es una caída al vacío, por eso quizás el destino fuera un libro abierto y nosotros sus autores.


Virtudes Gilgado León

Dentro de nosotros

Lao era un niño muy alegre, aunque apenas comía, más de una vez al día, eran diez hermanos y vivían en un poblado africano, en medio de la sabana. Para beber agua o lavarse debían de recorrer kilómetros, con cantaros o garrafas, en la cabeza y en los costados, para llenarlos en una fuente y regresar. Debían trabajar la tierra, donde sus padres y hermanos habían cultivado vegetales, también debía cuidar del ganado y ordeñar las cabras para conseguir leche. Además de todo esto, para ir al colegio, debían andar una hora cada día, de ida y vuelta, Todo era un sacrificio en su vida, y a pesar de todo, su rostro nunca perdía la sonrisa, cualquier niño de nuestra sociedad, no entendería por qué Lao sonreía siempre. Es que la felicidad está dentro de nosotros mismos, hay personas que siempre sonríen a pesar de sus obligaciones y necesidades, porque valoran lo que tienen y a quienes tienen, y se sienten afortunados. Así era Lao un niño feliz dentro de su pobreza.



Virtudes Gilgado León.

miércoles, 9 de junio de 2021

Un mar de miedos.



No debía rendirse, por qué no iba a conseguirlo, bueno quizás no lo  lograría..........o a lo mejor sí, tenía tiempo, era joven, su cabeza era un mar de miedos y dudas, estaba confundido y angustiado. Nunca había tenido que repetir curso, pero eso no significaba que si lo hacía no fuera capaz de acabar los estudios, debía tener fe, porque al final del camino, no contaría el tiempo invertido, sino lo logrado.


 ́Virtude Gilgado León

 Por eso creía.


Él nació en una familia acomodada, y nunca pasó necesidades de ningún tipo, no sabía lo que era no tener para comer, vestir o estudiar. Él siempre fue una persona cercana a todos, le daba igual la clase social o el nivel económico, de las personas, por eso creía que los demás eran como él que lo quería por cómo era, no por lo que tenía. Siempre ayudó a todos, fue bondadoso, porque sentía que si tenía..... por qué no iba a compartirlo, él no lo necesitaba y otros amigos sí o tenían menos. Pero la vida se torció, y sus negocios quebraron, tuvo que vender propiedades, vehículos y solo se quedó con un sueldo humilde por sus años de trabajo, y sin apenas amigos, solo los pocos de verdad. Desde ese momento, comprobó con dolor que por desgracia en esta sociedad, la mayoría de las personas no se mueven por amor se mueven por dinero.

Virtudes Gilgado León

Ahora sí había.



En la recepción del hotel más importante de Madrid, donde trabajaba Luis, su encargado como cada día, atendía a todos los clientes con su mejor sonrisa, era muy amable siempre. Aquella mañana, entró un matrimonio de color, en ropa de deporte, la inmensa sonrisa de su compañero se volvió seriedad y rechazo, al solicitarle una habitación, les dijo que no tenía cuando era mentira.

Cuando el señor le comentó, que era el dueño de una multinacional, y quería una suite, todo cambió y encontró una libre. Luis, siempre sintió que todas las personas eran iguales, independientemente de su raza o color, por eso le dolía observar la falsedad de las demás personas que decían pensar lo mismo, y en el fondo de su corazón se escondía un sentimiento de racismo, que querían enmascarar de cara a la sociedad, a esa parte de la sociedad que rechazaba este sentimiento. La otra parte de la sociedad, la racista,tenía una particularidad que olvidaba la raza o el color de la piel, según el niveleconómico de cada persona, en función de su riqueza.

Virtudes Gilgado León

El tabaco.

A su abuelo, desde muy niño lo vió como un anciano, pero no porque lo fuera, en realidad cuando él nació su abuelo tenía 48 años, y ahora siendo un adolescente, ve a personas de esa edad corriendo, jugando al fútbol o en el gimnasio haciendo pesas. Conforme se fue haciendo mayor, pudo ir comprendiendo lo que le pasaba a su abuelo, no era que su abuelo estuviera enfermo cuando él nació, era esa negra carga que fue acumulando desde los quince años, una carga que no pesaba y no se veía, pero se iba acumulando dentro de su organismo, era una carga malvada y traicionera, porque al no pesar se iba instalando silenciosamente en su organismo, apropiándose de él y destrozando sus pulmones impidiéndole respirar. Una carga de la que jamás pordría desprenderse, frenando su vida y acelerando su muerte

Virtudes Gilgado León

Dos tipos de personas.



De muy pequeño, pensaba que las personas eran como coches o motos, pero no porque creyera que se alimentaban de combustibles o porque se desplazaran como ellos.Aunque algunas personas lo confundian, porque estas no se parecían a estos vehículos. Un día le preguntó a su madre, si es que existían dos tipos de personas en el mundo, a lo que su madre le dijo:- " ¿Dos tipos de personas? no te comprendo cariño. El niño le aclaró: -" Si mamá, las que echan humo por la boca y las que no". Mamá sonriendo le respondió: - " Si hijo, hay dos tipos de personas las que se quieren y las que se matan, aquellas que consumen su vida, como se consume el cigarrillo del que aspiran el humo que desprenden".

Virtudes Gilgado León.

Todo se logra


Había momentos en los que se encontraba perdido, pero no porque no supiera que hacer, sino porque no tenía fuerzas para seguir adelante. Todo se le venía encima, no podía abarcarlo todo, quizás no era porque no fuese capaz, en su interior sabía que lo era, pero no quería porque estaba cansado de luchar. Pero sabía que todo se lograba con esfuerzo, y su futuro dependía de ello, un buen día miraría hacia atrás y se sentiría orgulloso de haber llegado a su meta.


Virtudes Gilgado León.

Aquello que tantas veces.



No siempre necesitamos ojos para ver, ni oídos para oír, no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere oír. Y es que un consejo se oye pero no se escucha y una imagen se ve pero no se sufre. Todos estos pensamientos, pasaron por su cabeza, cuando sufrió en sus propias carnes, el dolor de lo sucedido, de aquello que tantas y tantas veces, le había aconsejado y advertido, pero a lo que jamás puso atención ni le dio la menor importancia. Aprendió tarde, que los consejos de los mayores, no son valiosos solo por sus años, sino por la experiencia acumulada en todos esos años, que nos pueden servir de escudo ante la vida.


Virtudes Gilgado León.

Las nuevas experiencias.



Si hubiera sabido el final de todas sus nuevas experiencias, porque tan solo lo veía como eso, “experiencias solamente”, no había nada de malo ni perjudicial, por hacerlo de vez en cuando. Lo malo de ese vez en cuando, es que no sabía que se convertiría en siempre, ese yo controlo no existía para sus “experiencias”. Una experiencia, no es un vicio y una adicción, y la drogas sí lo eran.


Virtudes Gilgado León.

Respirar.


No entendía por qué sus padres tenían tantos miedos, ya tenía 18 años y era suficientemente mayor para coger su coche, con su recién estrenado carnet de conducir. Estaba cansado de tantos no, para todo, que peligro había si se iba el sábado noche al pueblo de al lado con el coche, los mayores eran muy pesimistas para todo, ya no era un niño. Estaba dispuesto a irse, si era necesario mentir lo haría, una mentira así no es grave, se iría con su coche, lo tenía decido. Esa noche de sábado, mientras conducía le iba contando a los amigos, que le acompañaban en el coche, lo pesados que eran sus padres, que no le dejaban respirar… pero no fueron sus padres, los que le impidieron respirar a partir de ese momento, fue el volante clavado en su pecho el que se lo impidió, al volcar en esa curva.


Virtudes Gilgado León

El nuevo horizonte

 

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            Había pasado por diversas situaciones, que le habían enseñado, que todos somos necesarios en esta vida, y que a quién rechazas hoy, mañana puede ser tu única tabla de salvación, pero por falta de   bondad y  nobleza, nos hundimos en el mar de nuestro odio y rencor, porque en ese nuevo horizonte, no hay tablas a la deriva en las que podamos  apoyarnos  y llegar a la orilla.

Virtudes Gilgado León

Antes que la muerte nos separe.

 


            .Desde niños sus familias  habían estado muy unidas,  la amistad entre ellas no tenía límites, pero una serie de sucesos, las separó y estuvieron distanciados como extraños durante muchos años,  hasta la muerte de la madre de uno de ellos  Dicen que la muerte separa, pero para ellos supuso la unión. El odio y el rencor es peor que la muerte, porque separa a las personas en vida, y es necesario que suframos una perdida, para darnos cuenta de que el tiempo no se recupera, y la vida se acaba un buen día, y viviremos con ese arrepentimiento todo lo que nos quede de ella, por no haber sabido perdonar y olvidar antes que sea tarde.

 

Virtudes Gilgado   León

Las otras vidas.

 


 

La vida para él, era  como un parque de atracciones, pero no porque fuera todo en su vida felicidad y alegrías, era  por otro motivo. Desde niño, más que subirse en las atracciones, le gustaba sentarse en un banco y contemplarlas. Desde allí, podía pasar las horas viendo las diferentes personas que se subían en cada una de ellas, y mientras las contemplaba, escucha sus conversaciones, como si de una película de cine se tratara, donde muchas veces alcanzaba a saber la vida de tantas diversas personas,  con una familia distinta, y  con sus problemas y alegrías. Además, imaginaba que cada atracción era una situación de nuestras vidas. Por ejemplo, la noria la asemejaba con las vueltas que da  la vida, y la montaña rusa, con los altibajos que sufrimos,  y ese pulpo loco, que era como cuando hacemos las cosas sin pensar, salga lo que salga, o como el tren de la bruja, que resumía todos nuestros miedos a lo que  desconocemos, sin saber por qué, pero como todos  tienen esos miedos, nosotros también. Luego al salir del  parque, su corazón  salía más fuerte, por haber comparado su vida con las de los demás, aprendiendo que en muchas cosas era afortunado, y solo de esa forma era consciente de ello. Porque, si estás atento a la vida, a lo que te rodea,  cualquier lugar o persona, puede ser tu fuente de conocimiento.

Virtudes Gilgado León

martes, 1 de junio de 2021

LA TRAICIÓN


Ilusa de sus sentimientos vagaba por la vida sin saber lo que se venía. "Ganamos la confianza de aquellos en quienes ponemos la nuestra" le decían. Lo que no sabia es que depositar todo su cariño, amor y tiempo en una persona iba a ser igual de doloroso que mil cuchillas acariciando su piel. Traición en su corazón es lo único que sentía, solo decepción.

Natalia García Guillén