Allá
por aquel entonces (hace 2000 y pico de años), el mundo estaba que
era un dolor, casi como ahora pero quizás con más opresión y menos
libertades. Entonces en un pequeño país de Asia,
una
mujer oprimida dentro de un país de hombres, se echó a un noviete
llamado José, el tío era carpintero, tenía su dinerillo y se
conocieron. Entonces en una noche de botellón de las de la época,
con vino de Hispania y de Galia (unos países de por ahí) y después
de un tiempo juntos tuvieron una noche muy romántica.
Nuestra
protagonista se quedó embarazada. Como en aquella época estaba mal
visto tener hijos fuera del matrimonio, y el punto clave de la
historia: la religión de su país esperaban un profeta que les
guiase, decidió decir que su hijo era obra de Yahveh, y así llevar
a su tierra un profeta que les guiase de una forma correcta, sin
desigualdades, con las verdaderas enseñanzas que les había dado su
verdadera deidad (un poco hasta las narices de los hombres) y un
etcétera.
Pero,
¿qué sucedió? Cuando el nene nació en un mundo de hombres,
primero que no sucedieron esas igualdades para esa religión y
segundo que se creó otra nueva porque al nene no le creía ni Dios.
Y
después de unos largos años el mundo no solo convive con dos
religiones, sino con muchas más y con historias parecidas...
NOTA:
(Este texto solo es humor, aunque con algo de verdadera opinión no
pretende ofender a nadie, de hecho soy creyente. FIN)
Adelmo Grande
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