martes, 25 de febrero de 2020

AVANZAR RETROCEDIENDO



1957, qué lindas cartas recibía cuando Ángel estaba en la mili. No podía parar de leerla, fina letra con pluma estilosa, lágrimas que rompían el corazón...
2003, mi hijo le hablaba por correo electrónico a Lourdes mientras hacía las prácticas de medicina en Australia. Al parecer también se alegraba mucho cuando veía un mensaje suyo. Con un simple mensaje se alegraba, qué raro.
Mi nieto, ayer, parecía entusiasmado, una sonrisa conmovedora le hacía cambiar de expresión, era un Whatssap de su mejor amigo. Ahí me di cuenta que ya nada era como antes, el mundo era diferente, no eran capaces ni de mirarse a la cara.

Clara Hernández Luna

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