lunes, 28 de septiembre de 2020

El beso


A María, su abuela siempre le preparaba el desayuno y la levantaba, para ir al colegio. A pesar de sentirse muy mayor, con sus solo siete años, le encantaba que su abuela la despertara cada día con un beso en la frente, era el mejor despertar del mundo, no podría vivir sin su abuela, la quería con toda su alma.


Pero una mañana fría de invierno, María no podía despertar, seguía durmiendo, no porque no quisiera ir al colegio, con todos sus amigos, no porque tuviera mucho sueño, no porque estuviera enferma, quería dormir y nos despertar jamás, dormir para toda la vida, para no tener que despertar sin el beso de su abuela y seguir soñando que aún estaba viva.


Virtudes Gilgado León

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