martes, 21 de febrero de 2017

MIRANDO DESDE EL CIELO



Cierra los ojos, ¿qué ves?

Veo a una pequeña niña de unos siete años de edad, con facciones sonrientes, de felicidad. Su madre, está en frente intentándole echar una foto, tiene un gran algodón rosa de azúcar en su mano derecha y a la izquierda, se queda la noria y los coches de choque. Parece estar en un parque de atracciones.

Abre los ojos, ¿qué ves?

Veo a una chica joven de diecinueve años, triste y sin vida propia. Mi vida, controlada por la droga, la que ha hecho que le pegue a mi madre un gran número de veces, la que ha hecho que intente suicidarme tres veces y, la que ha hecho que hoy este en “el cielo”, viendo como mi madre llora mi ausencia y aún así, muchos de mis amigos siguen jugueteando con ella... la droga.

Clara Hernández Luna

1 comentario:

  1. A veces nos aferramos a cosas que no nos benefician en absoluto, y que no somos conscientes del daño que nos puede causar tanto a nosotros mismos como a la gente de nuestro alrededor que realmente nos quiere. Debemos darnos cuentas de que estos vicios, como la droga, nos destrozan la vida y que mejor que darse cuenta a tiempo. Quizás cuando seamos conscientes del daño que nos hace, sea tarde, como en el caso de la chica del relato.

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