Óliver era un niño que se crió en un sitio de acogida. A Óliver le asignaron dos monitores, Pedro y Sofía. Estos pasaron la mayor parte del tiempo con óliver. Le enseñaron a comunicarse, rieron, lloraron juntos y compartieron momentos excepcionales.
Cuando el niño tenía 8 años, les preguntó a sus monitores que por qué sus amigos se iban de allí, y él no podía. Pedro le respondió, “el día que tú salgas de aquí, tus padres irán detrás tuya y este centro de acogida tendrá dos monitores menos”.
José María Salguero
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