Un buen día.

Cada día, era como algo rutinario, algo que se hacía por costumbre, a lo que no le dábamos el valor que tenía. Esa expresión, era algo mecánico que no apreciábamos, era toda una vida haciéndolo y había perdido su significado y emoción. Sería porque solo valoramos las cosas cuando nos faltan, cuando aunque lo deseemos, sea imposible tenerlas. Algo nos lo robó, algo que no podemos ver, algo que se coló en nuestras vidas para cambiarlo todo, para hacernos apreciar algo valioso en nuestra vida, algo que no se compra ni se vende. Ese beso y abrazo de buenos días, de ida y de vuelta, de buenas noches, de feliz cumpleaños, de reencuentro o de te quiero. Un buen día, volverán a nosotros como el regalo más maravilloso y deseado.

Virtudes Gilgado León. 2º Bachillerato