Éramos como la luna y el sol en un eclipse,
Hermosos y únicos,
Pero no eternos.
El cuento cambió,
Los pájaros dejaron de cantar,
El viento dejó de soplar,
Las estrellas dejaron de brillar,
Y las dos almas gemelas dejaron de amarse.
Finalmente escuché a alguien pidiéndome a gritos que me despertara de ese sueño que parecía eterno...
Como aquel eclipse que nunca ocurrió.
Minerva García
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