lunes, 19 de octubre de 2015

Mi muerte viva


+ Disculpe, ¿sabe dónde queda el cementerio?
– Sí, voy allí cada día.
+ ¿De verdad? ¿Y a quién echa usted tanto de menos?
– A mí mismo... Hace tiempo, mucho tiempo que morí.
+ ¿Cómo dice? Pero usted está aquí de pie, delante mía, ¡vivo!
– ¿En serio? ¿Eso cree usted?
+ ¡Claro! Sino, ¿como iba a verle?
– Y entonces, si estoy vivo, ¿por qué ya no respiro? ¿por qué ya no late mi corazón? ¿por qué ya nada tiene sentido?
+ Quizá debería ir al psiquiatra, no es capaz de distinguir la vida de la muerte.
– ¿Y quién me explica a mí por qué lo mejor de mi vida se ha convertido en mi mayor pesadilla?  ¿Que los ángeles ya no existen? ¿Que tú eres feliz y yo no? ¿Quién me explica a mí por qué la vida ya no me quiere, y que la sombra es mi muerte?
+ No es la muerte quien te agobia, ni la vida quien te rechaza, soy yo quien te atormenta.
– ¿Y tú quien eres para condenarme así?
+ ¡Hola, Rubén! Me llamo conciencia y prometo no abandonarte nunca, seré tu peor amigo hoy y siempre.


Miriam Kapela

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