Cómo le costaba respirar…..ya no podía andar deprisa, ni subir escaleras, ni agacharse,por mucho que quisiera se fatigaba mucho, y ya no había remedio. Recordaba cuando de muy niño empezó, algún amigo que le ofreció uno, diciéndole que no pasaba nada. Si lo hubiera sabido no lo hubiera hecho, si hubiera pensado en las consecuencias no estaría así.
Virtudes Gilgado León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario