martes, 1 de marzo de 2022

No todo es lo que parece :


Celia siempre había crecido rodeada de color, rodeada de música, de sueños , de metas las cuales algún día podría alcanzar; creció llena de amor y sentimientos que la hacían sentir una felicidad plena.
La vida de Celia parecía brillar como un diamante en bruto.
Cada día ella se esforzaba en impedir que hubiera fragmentos desconocidos en su mente.
Pero lo que ella insistía en impedir, ocurrió; se dio cuenta de que toda esa vida llena de color solo había sido una manta para tapar lo que en realidad pasaba.
Él, como cada noche, se encontraba encima de ella recorriendo sus extremidades.
Esta vez, Ona no pudo contra ella.
Ona era una de sus identidades, esas que permitían a Celia vivir sin la preocupación de lo  que su familiar hacía a medianoche.
Celia, al observar lo que ocurría, solo pudo dejar caer lágrimas por sus ojos, creyendo que esto solo había sido una vez y que lo superaría y que podría hacer algo contra ello.
Al día siguiente, escuchó cómo su tío le contaba a su tía lo ocurrido con su preciosa sobrina y lo que ocurría cada noche.
El final de esta historia se tiñó de un color rojizo, y con un olor a quemado, o eso contó el periódico del pueblo con el titular de un asesinato múltiple mezclado con un suicidio. 

Noemí Sánchez

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