Se cansó de vivir en la monotonía y emprendió un nuevo rumbo en su vida.
El corazón agradeció las decisiones que tomó el cerebro anteriormente.
Años después, el corazón pudo encontrarse más restaurado para poder ayudar al cerebro en la toma y reflexión de las decisiones.
Noemí Sánchez
Este microrrelato me parece muy bueno, ya que nos enseña que las mejores decisiones no solo deben ser tomadas por el cerebro o el corazón, sino por ambas.
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