Había una vez una casa
con palmeras caramelizadas,
una niña rubia pasa por allí
y se enamoró del jardín.
Pasando los días
la niña no volvía,
la casa triste y feliz
volvió a plantar un jardín.
Al fin la niña pasó
y la casa se derrumbó,
la niña triste y llorando
volvió a su casa pataleando.
Ángela Canteli
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