No me lo esperaba, no me lo presentía, ni tenía idea. En unas semanas llegaba el día el cual todos llamamos cumpleaños, ese día en el que los familiares y amigos le regalan cosas simples pero espectaculares a una persona por el simple hecho de haber nacido. Llegaba el día en el que cumpliría mi mayoría de edad, por fin sería legal y libre en este mundo. Finalmente, llegó el día, sin esperarlo mi familia me hizo la mayor sorpresa, lo que más deseaba: tener un coche propio; al fin podía ser feliz, ya que era lo que más me ilusión me hacía y lo que más alegría me daba. Cuando adquirí mi coche nuevo me encantó, y después de unos meses fui con mis padres a mi país.
Dani Buhoi
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