viernes, 11 de junio de 2021

Marta era una niña de cuatro añitos

 Marta era una niña cuatro añitos, que no tenía hermanos, pero amaba los animales, por eso ese perrito de ojos nobles y nariz respingona, era como su hermanito pequeño. Cuando su abuela se lo regaló, la madre de Marta, se opuso a tener una animal en casa, odiaba a los animales, porque solo servían para dar trabajo e infecciones, pero gracias a su querida abuela que logró convencerla, la niña alcanzó su sueño, tener un perrito Cuando llego a casa, era tan diminuto que dormía en una cestita del pan, en la que María había puesto un trocito de tela y de manta, era diciembre y hacía mucho frío. Cuando creció, su tamaño siguió siendo pequeñito, así que acompañaba a María a todos lados, en una bolsita colgada en el costado, cuidando de la niña a la que adoraba. El primer verano, junto a Tobi, como llamó a su mascota, se bañaban los dos en la enorme y profunda piscina del jardín de su casa, María como no sabía nadar, se colocaba un flotador para no hundirse. Los padres de María, se tumbaban al sol, mientras escuchan música. Aquella tarde el calor era insoportable, por lo que sus padres, se tuvieron que meter debajo de la sombrilla después de bañarse, y se quedaron dormidos en las tumbonas, pero María y Tobi eran incansables, no se salían de la piscina. Marta noto que el flotador estaba perdiendo todo el aire y la niña se hundió hasta el fondo. Tobi,  salió rápidamente de la piscina y se lanzo ladrando sobre los padres para avisarlos……salvando a la niña. La mamá de María emocionada y arrepentida, con lágrimas en los ojos, abrazo fuerte a Tobi, ese perrito que al que nunca quiso, el mismo que salvó a su hija de la muerte.

Virtudes Gilgado León

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