viernes, 11 de junio de 2021

El tiempo.

Andrea, sentada en su pupitre, siempre recordaba esa película “La máquina del tiempo”, donde el protagonista creó una máquina del tiempo, y sentado en ella viajaba y veía pasar los años de una forma curiosa, mirando un escaparte. En la academia de inglés, Andrea desde la ventana de su clase, notaba más deprisa el paso del tiempo, su ventana era mágica, desde ella durante muchos años había contemplado en el acerado de enfrente, una tienda de ropa, con un inmenso escaparate, lleno de luces y de reflejos de mil colores, donde había muchos maniquíes, que iban cambiando de ropa a cada momento, al igual que en el de su película favorita, donde en segundos los maniquíes cambiaban de indumentaria, de moda por el pasar de los años. La niña imagino siempre, que su clase era una enorme máquina del tiempo, y lo más fascinante es que nadie lo sabía, solo ella.


Virtudes Gilgado León

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