miércoles, 9 de junio de 2021

Ahora sí había.



En la recepción del hotel más importante de Madrid, donde trabajaba Luis, su encargado como cada día, atendía a todos los clientes con su mejor sonrisa, era muy amable siempre. Aquella mañana, entró un matrimonio de color, en ropa de deporte, la inmensa sonrisa de su compañero se volvió seriedad y rechazo, al solicitarle una habitación, les dijo que no tenía cuando era mentira.

Cuando el señor le comentó, que era el dueño de una multinacional, y quería una suite, todo cambió y encontró una libre. Luis, siempre sintió que todas las personas eran iguales, independientemente de su raza o color, por eso le dolía observar la falsedad de las demás personas que decían pensar lo mismo, y en el fondo de su corazón se escondía un sentimiento de racismo, que querían enmascarar de cara a la sociedad, a esa parte de la sociedad que rechazaba este sentimiento. La otra parte de la sociedad, la racista,tenía una particularidad que olvidaba la raza o el color de la piel, según el niveleconómico de cada persona, en función de su riqueza.

Virtudes Gilgado León

No hay comentarios:

Publicar un comentario