miércoles, 9 de junio de 2021

Respirar.


No entendía por qué sus padres tenían tantos miedos, ya tenía 18 años y era suficientemente mayor para coger su coche, con su recién estrenado carnet de conducir. Estaba cansado de tantos no, para todo, que peligro había si se iba el sábado noche al pueblo de al lado con el coche, los mayores eran muy pesimistas para todo, ya no era un niño. Estaba dispuesto a irse, si era necesario mentir lo haría, una mentira así no es grave, se iría con su coche, lo tenía decido. Esa noche de sábado, mientras conducía le iba contando a los amigos, que le acompañaban en el coche, lo pesados que eran sus padres, que no le dejaban respirar… pero no fueron sus padres, los que le impidieron respirar a partir de ese momento, fue el volante clavado en su pecho el que se lo impidió, al volcar en esa curva.


Virtudes Gilgado León

No hay comentarios:

Publicar un comentario